La empresa sabia o consciente
2mayo 3, 2012 por Pablo Braga
Stephen Covey define un paradigma organizacional como la manera en la que las empresas ven, comprenden y actúan en el mundo. Venimos del paradigma de la era industrial, que considera que las empresas se pueden manejar como máquinas. Sin embargo en realidad, estas se asemejan mucho más a complejos seres vivos, con todo el «ADN» de las personas que las integran. Tienen sus propias creencias, que condicionan su forma de comprender la vida, sus valores, que influyen en la toma de decisiones, y aspiraciones, que marcan aquello que desean conseguir.
Sus motivaciones y necesidades las impulsan día a día. Su percepción de la realidad condiciona las relaciones que se dan entre sus integrantes, produciendo a su vez, una serie de resultados en las tres dimensiones en las que estos operan: personal, relacional y cultural.
Ahora bien, viendo lo que sucede con la mayoría de las empresas, tenemos que reconocer que entre sus directivos todavía impera el viejo paradigma. Este niega la importancia de tener en cuenta las emociones y la consciencia de sus integrantes. Lo importante es maximizar el lucro de corto plazo y la rentabilidad del capital humano, crecer económicamente en forma ilimitada, elevando año tras año el beneficio. De ahí que consideren que cuantas más horas trabajen sus empleados, más productivos serán. Las emociones son consideradas un estorbo y la inteligencia emocional no se tiene en cuenta. Así, su día a día está gobernado por el estrés, el cansancio, el automatismo y la reactividad, mermando año tras año la energía creativa y capacidad de generar valor añadido. Ver «Entropía y energía creativa en las organizaciones» en este mismo blog.
Prueba de lo expresado son las encuestas de clima organizacional. Sus resultados indican que la mayoría de trabajadores no confía en su jefe y no cree en lo que hace. Frente a este contexto de desmotivación y resignación generalizado cabe preguntarse: ¿qué razón tendría un empleado para dar lo mejor de sí mismo cuando se siente tratado como la pieza de una máquina?
Lo cierto es que este comportamiento directivo simplemente ha dejado de ser válido y eficiente, y es del todo insostenible, porque tiene efectos perjudiciales para la organización, amenazando a mediano plazo su supervivencia.
La gran mayoría de empresas son como son y hacen lo que hacen porque no viven un sistema de valores basado en principios que den significado y propósito más allá de la natural búsqueda del lucro. Los principios son la brújula interior que nos permite tomar decisiones alineadas con nuestra conciencia. Y para que una organización conecte con sus auténticos valores primero debe conocerse a sí misma profundamente en todas sus dimensiones. Sólo por medio de esta «introspección» puede detectar sus limitaciones, descubrir su verdadero propósito y desarrollar su potencial.
La constatación de que hay una forma de hacer negocios que no solo acaba con este malestar, sino que además proyecta a la empresa hacia muchos mejores logros, está llevando a una nueva generación de líderes íntegros, es decir responsables y conscientes, a promover un cambio de paradigma donde la ética y la rentabilidad van de la mano en una estrategia de largo plazo. Donde la confianza habilita el desarrollo de su dimensión humana, para que se convierta en una mejor versión de sí misma y aprenda a ganar dinero creando auténtica riqueza para la sociedad, asegurando así su sostenibilidad. Es decir orientándose al bien común, alineando su legítimo afán de lucro con el bienestar de todos los stakeholders o grupos de interés, empezando, cómo no, por los empleados.
Esta nueva forma de hacer negocios se describe en los libros “La empresa consciente” de Fredy Kofman , “La empresa sabia” de Carmen Yates o en «Liberating the corporate soul» de Richard Barret. Requiere necesariamente un “Liderazgo centrado en principios” según Stephen Covey, o más recientemente, como el que Deepak Chopra describe en su libro “El alma del liderazgo” o Richard Barret en «The new leadership paradigm». Muy buenos ejemplos de los espectaculares resultados de aplicar este enfoque se pueden encontrar en el libro “Good to great”de Jim Collins. Los invito a leer la esencia del auténtico liderazgo, en este mismo blog y a dejar sus comentarios.
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Categoria: Apuntes | Etiquetas: Confianza, Empresa_Consciente, Integral, Liderazgo, Paradigma, Propósito, R.Barrett, S.Covey, Valores


Muy de acuerdo en todos los aspectos. También creo que lo que tan claramente explicas se da en todos los niveles de nuestra cultura occidental y en todas sus estructuras. Considero que es gran parte de los problemas que enfrentan los Estados o mejor dicho, los Gobiernos. Sería bueno que reconceptualizáramos algunos términos, los que, a través de la superposición de discursos (políticos, sindicales, pseudoacadémicos, comerciales, etc.), nos encontramos en una «Torre de Babel». La exagerada difusión de información a través de la internet, sin una reflexión relativa al significado y al contexto llevan a los legos a confusiones que lo hacen perder su libertad (no puede elegir porque no sabe hacerlo). Se pierde la «demanda» (aspiraciones, motivación, etc.) de la persona en todo a lo que has hecho referencia (inteligencia emocional, vínculos, aspiraciones) por lo que a largo plazo, la estrategia de la empresa fracasa, y la pérdida de la estructura repercute negativa y tran profundamente en el entramado social que penetra hasta en las alcobas. Pero ya tendríamos que ingresar en ámbitos más filosóficos y retomar los estudios de civilización y antropología. Ni que hablar del «tema de los géneros» de los que se me ha «prohibido» hablar porque quizás las «feministas» me quieran matar. Me gustó tu opinión y te felicito.
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Ana, gracias por tus comentarios. Muy bueno tu aporte, todo cambio de paradigma cuando se concreta resuelve muchas contradicciones, comenzamos a ver todo más claro y se da esa reconceptualización que mencionas.
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